El declive de los dioses by Mariano Guindal

El declive de los dioses by Mariano Guindal

autor:Mariano Guindal
La lengua: spa
Format: mobi
publicado: 2012-04-08T07:46:25+00:00


El jueves 19 de noviembre de 1987, la plana mayor del Ministerio de Economía estaba reunida a última hora de la tarde para preparar el índice de temas que llevarían al Consejo de Ministros. Estaban esperando al ministro comentando el nacimiento de Ercros cuando entró Solchaga en mangas de camisa.

—Os tengo que comunicar que mañana a primera hora se dará a conocer que el Bilbao lanzará una opa sobre Banesto. Sólo os puedo decir que se venía preparando desde agosto. Yo lo sabía y por razones obvias ha sido el secreto mejor guardado. Os pido que mantengáis la confidencialidad.

—¿Cómo lo va a recibir el sector? —preguntó el secretario de Estado de Comercio, Miguel Ángel Fernández Or- dóñez.

—Con tranquilidad, excepto Escámez, que como es de costumbre no se entera de nada y se pondrá nervioso porque pensará que a él le va a ocurrir lo mismo.

El Bilbao perdió la batalla ante un hábil abogado como Mario Conde, que encontró la fórmula para que los tribunales considerasen que la opa no se ajustaba a derecho. El sábado 5 de diciembre de 1987 el Bilbao se retiró. Sánchez Asiaín quedó destrozado y el prestigio del Bilbao por los suelos. Sólo otra fusión podía salvar la situación. Se tanteó al Banco Popular, pero Luis Valls insistió en que estaba en contra de fusiones: «No queremos ganar en dimensión, sino en eficiencia.» Por fin, el 28

de diciembre, día de los Santos Inocentes, José Ángel Sánchez Asiaín llamó a Pedro de Toledo.

—Oye, Pedro, podíamos quedar para almorzar y hablar del lío de la opa.

—Cuando quieras, José Ángel. Si quieres que te diga la verdad, ¡estaba esperando tu llamada!

—¡No me digas!

—Sí, y si tú no me hubieras llamado, lo habría hecho yo.

—¿Cuándo?

—Como el 7 de enero estamos citados en el Banco de España para la clausura de la exposición de las monedas hispa-noamericanas, podemos almorzar en nuestro edificio de Azca.

—Perfecto.

En esa cita se pusieron de acuerdo sobre los tres elementos fundamentales en cualquier fusión: serían copresidentes los dos durante dos años, y después Sánchez Asiaín dejaría el puesto a Pedro de Toledo; la sede permanecería en Bilbao y el nombre de la entidad resultante sería BBV. La fusión sería paritaria, aunque el Bilbao tuviese un patrimonio superior al Vizcaya en 20.000

millones de pesetas. El 22 de enero se dio a conocer el acuerdo y el 27 se firmó la fusión en Bilbao. Era la primera alianza que se producía en la gran banca española, pero no sería la última. El baile de las fusiones había empezado y con él la lucha por el poder. De entrada, entre los dos bancos se desató una guerra fratricida. Pedro de Toledo no podía dejar ni un minuto el puente de mando, las dentelladas entre unos y otros para copar espacios de poder eran asombrosas, hasta el extremo de que descuidó su enfermedad, que llevaba en el más estricto secreto.

El 12 de diciembre de 1989

falleció en la clínica Rochester de Minnesota (Estados Unidos) a causa de una insuficiencia hepática. El Banco de España se vio obligado a mediar en las peleas internas e impuso a Emilio Ybarra como presidente.



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